Es bien sabido por todos que las verduras son buenas para las personas, pero una nueva investigación de la Universidad de Lancaster también confirma que podrían ser la clave para hacer edificios más fuertes y ecológicos. Y sí… esto no es una broma!
Los ingenieros de la Universidad de Lancaster están trabajando con la industria del hormigón para investigar cómo se pueden reforzar las mezclas de hormigón y hacerlas más respetuosas con el medio ambiente añadiendo “nano plaquetas” extraídas de las fibras de las hortalizas con raíz.
El trabajo, que cuenta con el apoyo en la financiación de la Unión Europea dentro del proyecto European Union’s Horizon 2020, se basa en los resultados de las primeras pruebas que han demostrado que las mezclas de hormigón, incluyendo las “nano plaquetas” de remolacha azucarera o zanahoria, mejoran significativamente las propiedades mecánicas del hormigón.
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