Los arquitectos hemos llegado a un grado tal de dependencia del ordenador que muchos apenas saben ya coger un lápiz con propiedad para hacer unos simples bocetos. El diseño asistido por ordenador llegó hace ya décadas para quedarse, y, hay que reconocerlo, nos ha facilitado muchísimo la vida. Y también todos los programas que nos han permitido desarrollar los proyectos de forma rápida y eficiente (procesadores de texto, cálculo de estructuras, mediciones…). La pregunta es, ¿esto ha ido aparejado de una mejora en lo que proyectamos?
A modo de ejemplo de cómo el uso de determinados programas influye en la arquitectura que diseñamos, podríamos hablar de autores como Gehry o Hadid, cuyo estilo ha sido tremendamente condicionado por software de diseño paramétrico como Catia. En sus creaciones a veces no se distingue si el programa ha servido como herramienta o como condicionante total del diseño.
A modo de ejemplo de cómo el uso de determinados programas influye en la arquitectura que diseñamos, podríamos hablar de autores como Gehry o Hadid, cuyo estilo ha sido tremendamente condicionado por software de diseño paramétrico como Catia. En sus creaciones a veces no se distingue si el programa ha servido como herramienta o como condicionante total del diseño.
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