Junto a uno de los ejes viales de mayor importancia en la ciudad, se erige Zapata 428B. Edificio de carácter habitacional que integra, en un cuerpo de seis niveles, 20 departamentos con estacionamiento y roof garden.
Desde el inicio la premisa era conseguir un edificio que se integrara de manera orgánica a la geometría desigual del terreno; y que a fuera a partir de ese carácter orgánico que su materialidad destacara con naturaleza. Con tonalidades que van desde el gris claro a uno que llega casi al negro destacan las profundidades y el juego que al volumen representa: un volumen central de concreto, uno más que encapsula el cuerpo posterior en color negro y un juego de cajas frontal que genera un efecto de degradación.
Cuatro departamentos tipo definen la planta: privacidad, iluminación y ventilación natural son los ejes rectores para la disposición de la misma; siendo dos de estos departamentos los que desafían al eje vial de Zapata con volúmenes cúbicos que sobresalen y se sumergen a la diagonal que define el terreno, proporcionándose entre sí una barrera visual que promueve ante todo la privacidad. Y dos más los que con patios posteriores consiguen esta respuesta.
Aun integrándose al entorno, es justo la neutralidad del edificio lo que genera un punto de choque con la heterogeneidad del contexto. Su volumetría, aunque parte de una respuesta ordenada y simple, genera un efecto de complejidad que desdibuja la linealidad de la avenida y ofrece a quien lo vea: un espacio para recordar.