Xotepingo es un edificio de 35 departamentos situado en el sur de la Ciudad de México, en un extremo de la delegación Coyoacán, este proyecto en respuesta a su contexto se comporta como un bloque sólido que se retrae en algunas secciones de su fachada de manera puntual para buscar que el contenido se convierta en un espacio vivo al interior.
Al estar en una esquina, el edificio se caracteriza por ser esbelto y discreto sobre la calle diminuta del costado y como un monolito sólido que se fragmenta mediante sombras sobre la afluente avenida, el acabado aparente del mismo, permitirá que el tiempo acentué los aciertos de cada uno de los materiales usados en su diseño y modulación.
De este modo el proyecto se comporta geométricamente como una serie de huecos que se desplazan de manera escalonada sobre las gruesas líneas de las trabes que se asoman en la fachada seccionando cada uno de los 7 niveles del edificio, estas aperturas a su vez son el corazón de la vivienda, ya que al ser grandes vanos permiten que el sol circule por cada uno de los espacios interiores mientras el día transcurre; a su vez este movimiento solar es el carácter del edificio, ya que genera un entramado de sombras por el natural baile de luz que cae sobre la fachada que refresca los interiores del proyecto.
Bajo esta premisa, la plusvalía del proyecto radica en la interacción del habitante con el interior, por ello se han diseñado 13 tipologías de vivienda que, en suma con la idea de generar una terraza que funciona como patio central dentro de la distribución, son capaces de generar un dialogo espacio-terraza-habitante.
La vegetación es una aliada del diseño ya que cae estratégicamente por los balcones en las terrazas y sobre los puentes de acceso a cada vivienda, que de igual manera, funcionan como elementos que se desplazan de manera vertical a lo largo del edificio, de esta manera cada elemento diseñado tiene la función de acentuar la sensación de espacio privado con interacciones comunales a lo largo de todo el proyecto para tratar de establecer la conexión social que será imperativa para que el edificio se comporte como un elemento vivo.





