Al abordar el municipio de Tequisquiapan, con una fuerte vocación turística, nos decantamos por San José de la Laja, que los indicadores definían como una de las localidades menos favorecidas, aunque sin niveles de marginación altos. Un aspecto que llama la atención de San José de la Laja es su imagen poco consolidada. Un entorno compuesto significativamente por viviendas inacabadas que en el mejor de los casos, se quedan a la mitad, en un proceso de obra infinito. Si bien sabemos que no es un dato nuevo ni exclusivo de esta localidad, pues sucede en buena parte del país, desde hace tiempo que los arquitectos hemos pensado y repensado diversos modelos de vivienda progresiva, inclinándonos en la mayoría de las ocasiones por modelos donde se van añadiendo construcciones a un volumen inicial.
Para San José de la Laja proponemos lo contrario. Un modelo de vivienda de 45 m2 en el que la envolvente está completamente terminada generando una imagen urbana acabada y que además pueda adaptar su programa al momento de repetirse dentro de los distintos predios rurales o familiares de superficies y geometrías variables (entre 300 y 2000 m2). Se trata de un esquema muy simple compuesto por dos volúmenes ortogonales de pendiente pronunciada: el más grande, un “cuarto redondo” con un solo muro en el interior que ayuda a racionalizar los claros de la estructura, pero más importante aún, que permite mucha flexibilidad y capacidad de adaptación respecto a las diversas necesidades de cada familia y que en tanto su altura generosa, permite la ampliación posterior mediante el montaje de un tapanco; el segundo volumen, de mucho menor tamaño y adosado al volumen principal, aloja los muebles sanitarios y el tinaco, ayudando a mantener la condición de cuarto redondo del volumen mayor.
En cuanto a la selección de materiales, estos son los que se utilizan usualmente en la zona: block de concreto -en este caso huecos- encalados tanto al exterior como en un principio al interior, losas de vigueta y bovedilla por la facilidad de montaje y la casi ausencia de cimbra y canceles de perfiles estructurales de acero a la usanza de mediados del siglo pasado, que dada su modulación y dimensiones menores, permiten la utilización de perfiles y de vidrios de poco espesor que abaratan los costos. Por último, el prototipo está pensado para que en las fases de ampliación se utilice un sistema sencillo de entrepiso a base triplay ó tabletas sobre vigas de madera que -gracias al muro intermedio que reduce el claro- resultan de una sección relativamente pequeña (2"x8”) que es fácil de conseguir en el mercado y que no requiere mano de obra especializada. Finalmente, para contrarrestar el incremento de costo que la envolvente de un volumen mayor implica (un 30% respecto al esquema tradicional de 45 m2), dicho aumento se reduce en la cubierta, que al ser muy inclinada, no tiene los mismos requerimientos de carga que una losa de entrepiso preparada para recibir un segundo nivel en un futuro indeterminado.