Se trata de una serie de cuatro piezas de cerámica de alta temperatura diseñadas a partir de la abstracción de los mapas urbanos de Tlaxcala, Cuernavaca, Guadalajara y la Ciudad de México.
En un país "urbano" por herencia (incluso previo a la conquista) y con una tendencia ascendente a concentrarnos en ciudades muy por encima de la media mundial, la elección de la cerámica como material y la técnica de vaciado en molde, dan como resultado una confrontación interesante entre producción artesanal, repetición y producción en serie, mecanismos que se conjugan en el desarrollo de nuestras ciudades.