En los años 40, en la colonia Condesa en la Ciudad de México, nace la primera Nevería Roxy inspirada en la arquitectura del emblemático cine Roxy y el Art Decó de la época. El anhelo de la familia dueña del negocio era retomar el origen de una fuente de sodas que, ya sea por nostalgia o por curiosidad, despierte el interés de acudir a visitarla.
El mayor reto fue reinventar la sucursal del Centro Histórico, sin perder el espíritu de las neverías originales para transformarla en un ambiente contemporáneo. Al ser un negocio familiar, se trabajó de la mano sus miembros y se respondió a sus deseos, logrando mantener la esencia que define a Roxy de una manera atrevida.
La nevería está ubicada en la calle de Donceles una privilegiada ubicación que hace fácil el acceso desde las calles más importantes del Centro. Se logró que la intervención de 60 m2 se integrara de manera armónica con el contexto creando la sensación de que la nevería siempre ha estado ahí.
Se respetaron las formas lineales características del Art Decó y se utilizaron para unificar el espacio. Estas formas están representadas con soleras metálicas que comunican los despieces en el piso y la barra, subiendo por el muro y desembocando en cajillos de luz en plafón. Se crearon varios acentos con materiales de la época, como el piso de terrazo entintado en los colores distintivos de la marca. Todo esto sin dejar de lado los temas de funcionalidad para que una fuente de sodas opere correctamente.
Un elemento importante es el gran foto mural que ayuda a crear un ambiente diferente dentro de la nevería. Es tradición colocar en cada nevería una fotografía de los abuelos, fundadores del negocio, y en este caso se decidió retomar este concepto con un mural impreso con la fotografía de la primera nevería de la Condesa, adaptándola con coches y vestuario de la época de los años 40.