El Hotel Ixtla toma su nombre del municipio de Ixtlahuaca en el Estado de México, ya que se encuentra en una de sus principales autopistas.
El cilindro central de la fachada se terminó en Alucobond rojo para darle un énfasis y que sea el remate visual de la fachada. En los elementos laterales se pueden observar las ventanas de las habitaciones que salen de dos grande muros curvos que junto con el cilindro le dan mucho dinamismo al edificio.
En los interiores se utilizaron dos gamas de colores. La primera para todas las áreas comunes, basada en colores crudos como el blanco y el beige, apoyados por acentos en rojo. En los espacios del bar y del restaurante “La parrilla Ixtlahuaca” se continuó con la gama en la mantelería y en las sillas. Un biombo con figuras geométricas sirve para dividir los espacios y para darles privacidad.
La segunda gama de colores se utilizó en las habitaciones, donde el rojo se sustituyó por un tono verde limón para brindar luz al interior. El espacio para la cama es la pieza central de la habitación, todas se encuentran rodeadas por un cinturón de madera que comienza en el piso, continúa por los muros y recorre el plafond, rodeando así por completo el espacio de la cama. La luz indirecta colocada en todo el perímetro del cinturón nos ayuda a separar espacios y a dar una sensación de amplitud en el espacio.
Para complementar la decoración se utilizaron imágenes de flores a gran escala, otorgando un toque de sensualidad dentro del espacio. El sillón tapizado en hueso y la mesa en forma de grapa son los accesorios que completan las habitaciones.
En la zona húmeda se colocaron cubiertas de granito y lavabos de acero inoxidable. El jacuzzi es ovalado y en color arena para respetar la gama.