Isabel y Peter es un matrimonio belga que ya disfrutaba de una segunda residencia frente al campo de golf de Campoamor. Un apartamento que presentaba la típica apariencia y morfología de las muchas viviendas para extranjeros que se construyen a lo largo de la costa alicantina. Espacios muy compartimentados, materiales básicos y un torpe guiño a la arquitectura mediterránea mediante el uso del color blanco, así como soluciones poco meditadas como la reproducción en carpintería de arcos para conectar la zona de día.
Transformar la apariencia de la casa con la mínima intervención posible, para lograr una atmósfera limpia y neutra, de inspiración mediterránea, y con una clara apuesta por la naturalidad, ha sido la premisa fundamental para afrontar esta reforma parcial.
El monocromo como guion
Una austera paleta de materiales y recursos, centrada en los tonos blancos y beige, es la hoja de ruta de este restyling.
Espacios claros y frescos, con abundante luz, y con la presencia de materiales naturales, reconocen la esencia mediterránea del conjunto. Maderas claras, textiles –yutes y linos- y pequeños detalles en negro complementan el moodboard.
La poética de la arquitectura tradicional, con sus formas amables y abovedadas, también se hace eco en el diseño.
Se mantienen los pasos en forma de arco que presenta la zona de día, aunque desnudando su apariencia con un lenguaje sencillo. Las paredes recuperan una estética imperfecta, propia de los revocos de cal presentes en las casas del litoral. La artesanía se convierte en el valor añadido. Así, los pequeños detalles, como los tiradores de cuero, el attrezzo o las afables piezas de mobiliario seleccionadas, complementan armónicamente los interiores sosegados.
El living se conforma por un moderado salón junto a la zona de comedor, secundada por un banco de madera y una hornacina de obra, con parcos estantes, que recoge lo decorativo del espacio. Este banco es el que actúa como conector entre la zona de día y la cocina, funcional y sencilla. La puerta corredera, ranurada y con un gran tirador de madera, permite la segregación con la zona de noche.
Sobrios dormitorios, y baños neutros y cálidos, resueltos en microcemento, persiguen la continuidad material y estética.